Crumble de Melocotón: Un Postre Clásico y delicioso
El crumble es un postre clásico de la cocina inglesa que combina la suavidad de la fruta con una capa superior crujiente y cremosa. Es una de esas recetas que evoca calidez y simplicidad, ideal para cualquier momento del año.
Su historia se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Durante el racionamiento de alimentos en el Reino Unido, los cocineros necesitaban una alternativa a los pasteles tradicionales que usaban mucha harina y azúcar. El crumble surgió como la solución perfecta: una mezcla desmenuzada de harina, mantequilla y azúcar que se esparcía sobre la fruta. Era fácil de preparar y requería menos ingredientes, convirtiéndose en un plato popular que ha perdurado hasta hoy.
En el caso del crumble de melocotón, los melocotones maduros se cocinan hasta quedar tiernos y jugosos, creando una base dulce. Por encima, la capa de crumble se hornea hasta adquirir un color dorado y una textura irresistiblemente crujiente. Se sirve típicamente templado, recién salido del horno. Se puede servir solo pero te recomiendo acompañarlo con un poco de nata montada y ralladura de lima.

Ingredientes
- 4 melocotones
- 255 g harina
- 150 g mantequilla
- 150 g azúcar moreno
Para servir:
- 2 cda azúcar glas
- 250 ml nata para montar (25% m.g.)
- Ralladura de lima
Elaboración paso a paso
- En un bol, mezcla la harina con el azúcar. Añade la mantequilla fría en cubos y, con la punta de los dedos, frota la mezcla hasta obtener una textura de migas gruesas y sueltas.
- Reserva en la nevera para que se mantenga frío mientras preparas la fruta.
- Pela los melocotones, retira el hueso y córtalos en láminas finas. Colócalos cubriendo toda la base de un molde apto para horno.
- Cubre los melocotones con la mezcla de crumble que tenías en la nevera.
- Hornea en horno precalentado a 180ºC durante 50 minutos, calor arriba y abajo, o hasta que la superficie esté dorada y crujiente.
- Mientras el crumble se hornea, monta la nata bien fría con el azúcar glas hasta obtener picos firmes.
- Sirve una ración de crumble todavía templado, añade una generosa cucharada de nata montada por encima y termina con un toque de ralladura de lima.