Croquetas de bacalao:
En el corazón de la cocina española, la croqueta ocupa un lugar especial. Su origen se remonta a tiempos antiguos, cuando se utilizaban restos de carne, pescado o verduras para elaborar sabrosas frituras. A lo largo de los años, las croquetas se han convertido en un emblema de la cocina casera y de bar en toda España.
Su textura cremosa y su exterior crujiente son el resultado de una cuidadosa preparación que implica la mezcla de ingredientes básicos como la harina, la leche y mantequilla o aceite de oliva, junto con el ingrediente principal que le da su característico sabor. Entre las múltiples variedades de croquetas que adornan las mesas españolas, destaca la de bacalao, una opción especialmente popular durante la Semana Santa.
Ingredientes
Bechamel:
- 200 g bacalao fresco o desalado
- 1 diente de ajo
- ½ cebolla
- 50 g mantequilla
- 50 g harina de trigo
- 550 ml leche
- Sal
Rebozado:
- 2 huevos
- 200 g pan rallado
Fritura:
- Aceite
Elaboración paso a paso
- Pica la cebolla y el ajo finamente.
- En una sartén, derrite la mantequilla a fuego medio. Agrega la cebolla y el ajo y cocínalo hasta que estén ligeramente dorados. A continuación, añade el bacalao troceado y continúa cocinando hasta que el bacalao se desmigue y se integre bien con la cebolla y el ajo.
- Añade la harina a la sartén y mezcla bien con la mantequilla para hacer un roux. Cocina la mezcla durante un par de minutos para eliminar el sabor a harina cruda.
- Poco a poco, vierte la leche en la sartén, removiendo constantemente para evitar la formación de grumos. Cocina la mezcla hasta que espese y se convierta en una bechamel suave y cremosa. Prueba y sazona con sal si fuera necesario.
- Vierte la mezcla en una bandeja grande y extiéndela uniformemente. Cubre con papel film y refrigera durante al menos 2 horas, o hasta que esté completamente fría y firme.
- Cuando la mezcla esté fría y firme, forma pequeñas croquetas con las manos. Pasa cada croqueta primero por huevo batido y luego por pan rallado, asegurándote de que estén completamente cubiertas.
- Calienta abundante aceite en una sartén grande a fuego medio-alto. Fríe las croquetas en lotes, cuidadosamente, hasta que estén doradas y crujientes por fuera.
- Retira las croquetas de la sartén y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.