Rosquillas caseras: dulces con historia y tradición.
Las rosquillas caseras son uno de esos dulces que nos conectan directamente con la cocina de siempre. No necesitan presentación: su forma sencilla, su aroma inconfundible y ese sabor que nos lleva a la infancia.
Su origen se pierde en el tiempo, pero se sabe que forman parte de la repostería tradicional española desde hace siglos. En muchas regiones, especialmente en Castilla, Andalucía y Extremadura, las rosquillas han sido protagonistas de fiestas populares, ferias y celebraciones religiosas. Cada pueblo tiene su versión, cada familia su secreto, pero todas comparten el mismo espíritu: aprovechar ingredientes humildes para crear algo delicioso. Se mezclan ingredientes sencillos, se amasa y se deja reposar, para que en ese tiempo de reposo los sabores se asienten y conseguir que la textura sea perfecta: tierna por dentro y ligeramente crujiente por fuera.
Tipos de rosquillas:
- Rosquillas tontas: las más sencillas, sin glaseado ni aromas añadidos. Se elaboran con harina, huevos, azúcar y aceite. Muy típicas en Madrid durante las fiestas de San Isidro.
- Rosquillas listas: llevan un glaseado de azúcar y limón por encima. Su masa es similar a la de las tontas, pero el acabado las hace más vistosas y dulces.
- Rosquillas de anís: aromatiazadas con anís en grano. Muy populares en Castilla – La Mancha y Extremadura. Su sabor es intenso y muy característico.

Ingredientes
- 500 g harina
- 1 sobre levadura química
- 2 huevo
- ½ cda canela
- ½ cdta anís (en grano)
- ½ naranja (ralladura y zumo)
- 150 g azúcar
- 85 ml leche
- 75 ml aceite de oliva (suave)
- Sal (una pizca)
Instrucciones
- Machaca los anises en un mortero.
- En un bol grande bate los huevos y el azúcar con varillas hasta que blanquean.
- Añade la leche, la ralladura y el zumo de naranja, los anises, la canela, el aceite y mezcla todo bien.
- Añade la harina y el sobre de levadura. Amasa hasta que los ingredientes están totalmente integrados.
- Cubre la masa con un paño y deja reposar 30 minutos a temperatura ambiente.
- Forma las rosquillas cogiendo pequeñas porciones y haciendo el agujero en el centro.
- Fríelas en abundante aceite caliente hasta que estén doraditas. Sácalas sobre papel absorbente.
- Prepara la glasa mezclando azúcar glas y un poquito de agua hasta obtener una textura cremosa.
- Pasa las rosquillas por la glasa (solo la parte superior) y deja secar sobre un papel absorbente.







