Cómo hacer Caldo de pollo casero:
En mi cocina, el caldo de pollo casero es un imprescindible. No solo es un preparado sencillo y lleno de sabor, sino que también es un aliado perfecto para combatir el frío, aliviar resfriados y potenciar el sabor de guisos y arroces.
Desde tiempos inmemoriales, las civilizaciones han aprovechado los huesos y las verduras para extraer sus nutrientes y sabores. Esta práctica, que se remonta a los orígenes de la cocina, nos recuerda la importancia de aprovechar los recursos que nos brinda la naturaleza.
El caldo de pollo es altamente nutritivo, puesto que contiene colágeno, calcio, magnesio y aminoácidos que fortalecen el sistema inmunológico. Sus beneficios son múltiples:
- Fortalece el sistema inmune: ideal para combatir resfriados y gripes.
- Beneficia la digestión: la gelatina natural presente en el caldo protege el intestino y favorece la digestión.
- Aporta energía y bienestar: la combinación de proteínas y minerales nos brinda energía y vitalidad.
- Hidrata y reconforta: su calidez y sabor nos reconfortan en los días fríos y nos ayudan a mantenernos hidratados.

Ingredientes
- 4 carcasa de pollo
- 2 cebolla
- 1 puerro
- 1 rama de apio
- Hierbas frescas (tomillo, romero, laurel)
- Aceite de oliva
- Sal (opcional)
Elaboración paso a paso
- Coloca en una fuente de horno las cuatro carcasas de pollo, las cebollas, peladas y partidas en cuartos, y el puerro troceado.
- Riega con un poco de aceite y hornea en horno precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo hasta que las carcasas estén tostadas. Aproximadamente 1,5 horas.
- Echa en una cacerola las carcasas de pollo, las cebollas y el puerro, junto con la rama de apio lavada, las zanahorias peladas y las hierbas frescas.
- Cubre con agua y deja hervir durante dos horas con fuego suave.
- Si vas a concentrar el caldo para guardarlo en cubiteras de hielo congelado, no añadas sal.