• Coloca los codillos frescos en una olla rápida junto con las cebollas cortadas en cuartos, la cabeza de ajos entera (sin pelar), las zanahorias partidas por la mitad, el laurel y los clavos.

  Cubre con agua, añade una cucharada de sal y cierra la olla.

  Cuando suba la válvula, cuece durante 30 minutos. Deja que la presión baje antes de abrir la olla.
• En una fuente de horno, trocea las patatas. Corta una cebolla en tiras y mézclalas con las patatas. Añade sal y un chorrito de aceite de oliva.

  Coloca encima los codillos ya cocidos.

  Cuela el caldo de cocción y añade un par de cazos por encima de los codillos y las patatas.

  Riega todo con un poco más de aceite.
• Hornea los codillos con las patatas durante 1 hora a 180ºC en horno precalentado, regando de vez en cuando con sus propios jugos para que queden jugosos y dorados y dándolos la vuelta a media cocción.
• Mientras los codillos están en el horno, reduce el caldo restante en una cacerola a fuego alto hasta que espese.

  Cuando tenga textura densa, añade una cucharada de mantequilla y deja que se funda.

  Reserva esta salsa para pincelar los codillos durante el asado y acompañar el plato.

Prepara la guarnición de repollo salteado:

• Corta el repollo en tiras finas.
• Cuécelo en agua con sal durante 5 minutos.
• Escurre bien y saltéalo en una sartén con un poco de aceite hasta que esté dorado.