Elige una variedad de quesos que incluyan al menos un queso suave (como Brie o Camembert), un queso semiduro (como Cheddar o Gouda), un queso curado y un queso azul o con sabor fuerte (como Roquefort o Gorgonzola)
Esto proporciona una buena gama de sabores y texturas.
Los quesos deben servirse a temperatura ambiente para maximizar su sabor y textura. Sácalos del refrigerador unos 30 minutos antes de servir.
Embutidos:
Selecciona diferentes tipos de embutidos de alta calidad, como preferencia personal recomendaría jamón ibérico y lomo.
Panes variados: baguette, panes tostados o crackers
Algo dulce como mermeladas o miel
Distribución
Selecciona una tabla o bandeja grande suficiente para colocar todos los ingredientes.
Dispón los quesos en diferentes puntos de la tabla. Por ejemplo, coloca un queso en cada esquina y uno en el centro. Asegúrate de separar los sabores fuertes de los suaves.
Coloca los embutidos alrededor de los quesos. Puedes hacer pequeños montones o enrollarlos para dar un aspecto más elegante.
Rellena los espacios entre quesos y embutidos con las frutas. La idea es añadir color y frescura entre los sabores más intensos de los quesos y embutidos.
Esparce frutos secos en los pequeños espacios que queden. Esto añade textura y un contraste de sabor.
Utiliza hojas de perejil o romero para dar un toque decorativo y fresco a la tabla.
Coloca panes o crackers alrededor de la tabla o en un plato aparte. Puedes también incluir un pequeño bol con miel o mermelada para complementar.
Notes
Variedad de colores y texturas:Haz que la tabla sea visualmente atractiva con una variedad de colores y texturas. Contrasta colores vibrantes de frutas con los tonos más neutros de quesos y embutidos.