El salmorejo de remolacha es ideal para quienes buscan experimentar con sabores nuevos y aprovechar ingredientes de temporada. Es una opción refrescante y colorida para los meses de verano y una excelente manera de sorprender a los invitados en cualquier ocasión.
Lava bien los tomates y córtalos en trozos grandes.
Pela la remolacha, córtala en trozos y cuécela en agua con sal hasta que esté tierna (unos 30-40 minutos). Una vez cocida, déjala enfriar.
Pela los dientes de ajo.
Coloca los tomates, la remolacha cocida y los dientes de ajo en una batidora o procesador de alimentos.Añade las rebanadas de pan de molde troceadas.
Tritura todo hasta obtener una mezcla homogénea. Añade el vinagre y una pizca de sal. Tritura nuevamente para que se integren bien.
Sin dejar de batir, ve añadiendo el aceite de oliva virgen extra poco a poco, hasta que la mezcla adquiera una textura cremosa y suave.
Prueba el salmorejo y ajusta de sal y vinagre si es necesario.
Mete el salmorejo en el frigorífico durante al menos una hora antes de servir.
Notes
Sírvelo frío en platos hondos o cuencos. Puedes acompañarlo de huevo cocido picado y jamón serrano en trocitos para añadir contrastes de sabor y textura.También puedes decorarlo con un chorrito de aceite de oliva y una hoja de albahaca para un toque fresco.